Aunque la disculpa pública es reconocida en México, muchas víctimas no saben cómo acceder a ella ni la importancia que tiene en la reparación del daño.
¿Qué es una disculpa pública?
Como su nombre lo dice, es un pronunciamiento público que forma parte de la reparación integral de los daños ocasionados a las víctimas de violaciones a derechos humanos y/o sus familiares.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) lo define como “un reconocimiento formal de que se cometieron violaciones a los derechos humanos”.
El objetivo de una disculpa pública es:
- Establecer la verdad de los hechos.
- Que la autoridad acepte la responsabilidad de los mismos.
- Se restablezca la dignidad de la víctima de violaciones de derechos humanos.
- Que los hechos que originaron la disculpa, no vuelvan a ocurrir. El gobierno a través de sus instituciones, debe implementar medidas y/o mecanismos que garanticen este punto.
De acuerdo con el “Protocolo para ofrecer disculpa pública a las víctimas de violaciones de derechos humanos”, del estado de Quintana Roo, esta “debe ser ofrecida por el funcionario de mayor jerarquía de la instancia a la cual se encuentren adscritos los servidores públicos responsables de cometer violaciones a derechos humanos”.
En palabras más sencillas, la disculpa pública tiene que ser ofrecida por el funcionario o funcionaria de más alto rango de la institución que violento los derechos humanos de la víctima.
Además de esto, la CNDH añade que esta acción debe ser acompañada de otras medidas de reparación del daño.
Por su parte, la organización Impunidad Cero señala que la reparación de daños contienes dos aspectos fundamentales:
- La persona que ha sido víctima de un atropello tiene derecho a un recurso judicial para obtener reparaciones por el delito cometido en su contra.
- También tiene el derecho a que esas reparaciones se lleven a cabo en formas adecuadas y efectivas.
Tomando estos puntos en cuenta, la reparación en materia de derechos humanos contempla los siguientes requisitos:
- Debe ser “adecuada, efectiva y pronta”, además de ser “proporcional a la gravedad de la violación del derecho humano y el daño sufrido”.
- Sólo será considerada efectiva y exitosa si se proporcionan medidas adecuadas para las víctimas.
- Entre las formas de reparación se incluye: la restitución integral, la compensación, la rehabilitación, la satisfacción y la garantía de no repetición.
¿Por qué es importante la disculpa pública?
El Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ, por sus siglas en inglés) destaca que las disculpas no bastan como reparación del daño a las víctimas de violaciones graves.
Aunque tienen valor, deben combinarse con formas materiales de reparación, como la restitución y la atención médica, para limitar el daño causado a las víctimas o para abordar sus necesidades físicas.
En muchos casos, las disculpas públicas deben reflejar un reconocimiento común y compartido de los crímenes del pasado. Describen lo aprendido y lo que debe hacerse para evitar que tales acontecimientos puedan repetirse. En ocasiones, las organizaciones de víctimas y sobrevivientes son el motor principal para conseguir la presentación de disculpas y contribuyen a decidir cuándo y cómo se pueden presentar de la mejor manera.
Se debe resaltar que con frecuencia, una disculpa pública atrae la atención de los medios de comunicación. Por ello, el contenido, el tono y momento es que se presenta son cruciales.
Puede ser importante para la o las víctimas, que las disculpas se hagan por escrito, se entreguen en un papel, se lean o se pronuncien en voz alta. De hecho, algunas de las disculpas más elocuentes y efectivas han ocurrido en el lugar donde ocurrieron las violaciones.
En este sentido, no se puede ignorar, que aunque la mayoría de las disculpas oficiales por parte del gobierno proporcionan consuelo a las víctimas, en muchas ocasiones han sido juzgadas duramente por ser poco sinceras o ineficaces.
Una disculpa pública eficaz toma en cuenta lo que las víctimas podrían sentir y pensar sobre lo que se está́ diciendo. Las disculpas más eficaces son aquellas que se han acordado con los sobrevivientes, las familias de las víctimas o sus representantes. Además, aseguran tanto a las víctimas, como al resto de la sociedad, que lo ocurrido no fue su culpa.