Si estuviéramos en 2013, esta nota acerca de los “alucines” estaría encabezada con la expresión “tribu urbana”, sin embargo, a 10 años de distancia es acertado proponer que las fronteras entre el estilo de vida de una tribu a otra son más difusas cada vez.
Los jóvenes (quizás de 25 años o menos) han tomado un poco de cada subcultura y lo han adoptado para sí, creando nuevos conceptos que se popularizan más rápido debido a las redes sociales. Alucín es una de esas nuevas representaciones y a continuación explicamos en qué consiste.

¿Quiénes son los alucines?
En concreto, los alucines son identificados como personas que fantasean con una vida de extravagancias, excesos y poder, y que expresan este deseo de manera exagerada y llamativa, pretendiendo que tienen una vida de lujos y peligros como los cantantes o protagonistas de corridos tumbados o narcotraficantes. Quieren ser identificados como “los belicosos”, mencionan usuarios de Tik Tok.
‘Alucín’ (o ‘alucines’ en plural) viene de “alucinar” que, de acuerdo a la RAE significa, entre algunas de sus acepciones: “fantasear o imaginar vivamente algo”, sin embargo, esto es solo una parte del rompecabezas que define al término.

El concepto va más allá: las personas asociadas a este término son identificadas como fieles seguidores del género regional mexicano (tanto de la música como el estilo de vida de sus cantantes).
Este género se popularizó en la década de los 80 e incluye muchos subgéneros que con el paso del tiempo han evolucionado. Aquí se incluye la banda, el duranguense, grupero, narcocorridos, corridos tumbados y más; cada uno muy representativo de alguna región del país.
El corrido tumbado es uno de los principales géneros escuchados actualmente en nuestro país: una mezcla de rap, hip-hop y música mexicana que, en sus letras, expone la estridente vida de sus cantantes, tanto en excesos como en extravagancias derivadas de su popularidad, dinero y personalidad.

Por otro lado, el narcocorrido es otro género que tiene lugar en la construcción de esta definición: son sus letras donde se describen las “heroicas” vidas de narcotraficantes, convirtiéndolos en figuras aspiracionales, pero al mismo tiempo, normalizan la violencia de la que han sido parte. Además, es su sentido de la estética lo que los vuelve llamativos: joyas, bebidas alcohólicas costosas, vehículos de gran volumen, portación de armas para enaltecerse, entre otras cosas.
La narcocultura en las letras del regional mexicano
Los narcocorridos son composiciones musicales que “normalizan e incitan a la violencia” señala Nazario Norberto Sánchez, diputado de Morena que ha propuesto una iniciativa para prohibir que esta música sea reproducida en los camiones y combis del transporte público, ya que promueve la cultura de la violencia en nuestra sociedad.

Los narcocorridos cuentan historias de narcotráfico y narcotraficantes desde una postura que vuelve de ellos figuras heróicas a las que la sociedad debería aspirar, sin embargo, esto es, más bien, un síntoma de la narcocultura a la que la gente está cada vez más expuesta y sometida.
En su propuesta, el diputado también quiere promover que los conductores de transporte público no puedan escuchar música a más de 60 decibeles de volumen y prohibir que vayan acompañados, o que ingieran alcohol, estupefacientes, fumar o usar aparatos electrónicos que les impidan realizar sus labores de manera segura.
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