De acuerdo con la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (Drug Enforcement Administration, DEA), las organizaciones criminales mexicanas influyen fuertemente en el tráfico de drogas que llega a su territorio. Los cárteles participan en la extorsión, el tráfico de personas, el tráfico de armas y el robo de petróleo, entre otros delitos; además de propiciar el aumento en la taza de homicidios, principalmente por temas del control de territorio.
Propiamente, en el estado de Guerrero operan 7 grupos criminales: algunos originarios de ese territorio, y algunos más de otras partes del país que lograron extender su poder hasta dominar gran parte de la demarcación.
Cárteles que operan actualmente en Guerrero
Los Ardillos
Cerca de la frontera territorial entre Guerrero y Oaxaca se ubica La Montaña, un municipio que vio nacer al cártel de Los Ardillos en 2015. Esta organización criminal se hizo popular debido al control que impusieron sobre algunas comunidades indígenas. En 2016, este cártel comenzó a fortalecerse a punta de pistola: levantando y desapareciendo a personas provenientes de Chilapa y Joaquín Herrera, además de apoderarse de caminos y campos, donde instalaron sus laboratorios y plantíos para producir droga.
Los Caballeros Templarios
Este grupo surgió en 2011 de las cenizas de La Familia Michoacana y tomaron su nombre de los guerreros que peleaban en las guerras religiosas conocidas como “cruzadas”. Comenzaron a operar, según su ideología, como los protectores del pueblo michoacano, intentando evitar que otras organizaciones intervinieran en su territorio, e incluso fungieron como los jueces y verdugos de algunos otros criminales, a quienes ejecutaron y colgaron en las calles de los municipios.
Según el sitio InSight Crime: La ventaja de controlar a Michoacán es que el grupo tiene la capacidad de manejar a la ciudad portuaria de Lázaro Cárdenas. Desde ahí, los Caballeros Templarios tienen acceso a los envíos de cocaína de Sudamérica y a los precursores químicos provenientes de Asia para la producción de metanfetaminas, los cuales procesa o envía a la frontera con Estados Unidos.
Actualmente, las células restantes de esta organización intentan frenar la expansión territorial del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Organización Beltrán Leyva
En 2008, los Beltrán Leyva trabajaban en conjunto con el Cártel de Sinaloa, comandado por Joaquín El Chapo Guzmán, para controlar el flujo de drogas a Estados Unidos. Este grupo criminal fue conocido, entre otras cosas, por haberse infiltrado en organizaciones gubernamentales mexicanas. Los hermanos de esta sociedad eran los principales lugartenientes del cártel hasta el arresto de Alfredo Beltrán Leyva en 2008, lo que condujo a la separación de ambos cárteles y sus posteriores conflictos armados.
En 2009, Arturo Beltrán Leyva fue interceptado por las fuerzas armadas de México y asesinado; poco después se arrestó a Carlos Beltrán Leyva y esta célula criminal se disolvió. Sin embargo, desde 2010, el cuarto hermano, Héctor Beltrán Leyva, tomó los restos de la organización y lo renombró como el Cártel del Pacífico Sur (aunque fue conocida también como una continuación de la Organización Beltrán Leyva) hasta su arresto en 2014.
Las facciones disidentes de esta organización vive de alianzas con otros cárteles y trafican heroína, metanfetamina, cocaína y marihuana, principalmente.
Cártel de Jalisco Nueva Generación
Hicieron su aparición en 2011 luego de abandonar 35 cuerpos en la carretera, presuntamente, de miembros del cártel de los Zetas. Sus fuerzas se engrosaron durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, mismo en el que se capturó al líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán.
Durante el mandato de Donald Trump en Estados Unidos, esta organización criminal fue catalogada como una de las más peligrosas y violentas del mundo, comparando sus fuerzas con las del Estado Islámico.
En 2015, este grupo derribó un helicóptero de la Fuerza Aérea con un lanzacohetes soviético, luego de un operativo organizado por la Policía Federal, la Marina, la PGR y el Cisen.
Actualmente son una de las organizaciones más poderosas que azotan a nuestro país y tienen presencia en Jalisco, su estado sede y centro de operaciones; además de la CDMX, Querétaro, Colima, Michoacán, el Estado de México, Guerrero, Guanajuato, Veracruz, solo por mencionar algunos; e incluso, su poder se extiende al cono sur del continente, Estados Unidos, Canadá, Europa y Asia.
La Familia Michoacana
Nacida en 1980, esta organización operó en conjunto con Los Zetas hasta su separación y posterior enemistad en 2006. Según los líderes de LFM, el propósito de esta organización era defender a Michoacán de otros grupos criminales (como Los Zetas).
Según la DEA, La Familia Michoacana “adquirió notoriedad por su uso de violencia simbólica extrema, tácticas militares obtenidas de Los Zetas y una justificación pseudo-ideológica o religiosa para su existencia”.
En 2014 murió su líder, Nazario “El Más Loco” Moreno González, no sin antes dejar las bases de Los Caballero Templarios, que surgieron en 2011 como la sucesión directa de La Familia Michoacana.
Los Granados
Una organización criminal surgida de los escombros de los Beltrán Leyva. En 2017, la Policía Federal detuvo a su líder Rubén “El nene” Granados, quien iba acompañado de un séquito de personas, varias armas largas y cartuchos. En ese momento se ofrecían 3 millones de pesos por su captura, además de que se le había imputado cargos por portación de armas exclusivas del ejército.
A este grupo también se le atribuyen nexos con el gobierno.
Guerreros Unidos
Este grupo criminal apareció en 2011 luego del debilitamiento de La Familia Michoacana y el cártel de los Beltrán Leyva. Opera principalmente en Morelos y Guerrero, y, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, se les atribuyó la desaparición de los 43 normalistas.
Los Guerreros Unidos intensificaron su presencia a base de homicidios, ataques (en bares) y las disputas de territorio con el grupo rival Los Rojos. Por otro lado, luego de los hechos ocurridos en Ayotzinapa, el gobierno federal intensificó su lucha contra los Guerreros Unidos y lograron capturar a algunos miembros quienes confesaron haber recibido a los estudiantes por parte de fuerzas policiales de Iguala, y que incineraron y abandonaron sus cuerpos.
En 2016, el ex gobernador de Morelos, Graco Ramírez, señaló que Cuauhtémoc Blanco (actual gobernador del estado) mantiene contacto con los Guerreros Unidos, lo que le dificulta a las autoridades llegar a ellos.
Según la DEA, este grupo es el principal distribuidor de drogas en Chicago y está aliado actualmente al Cártel de Jalisco Nueva Generación.
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