Saber cuántas personas en México fueron víctimas de linchamiento es complicado. Entre enero y agosto de 2022, la organización Causa en Común contó 145 intentos y 15 muertos. Mientras que el estudio más grande hasta ahora, llevado a cabo por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), señala que entre 2015 y 2018 ocurrieron 366 casos, que dejaron un saldo de 121 fallecidos y más de 400 heridos rescatados con vida.
Recientemente, dos presuntos ladrones fueron linchados en San Pedro Xalostoc, Ecatepec. De acuerdo con la información del caso, los sujetos intentaron asaltar una unidad de transporte público cuando fueron atacados por los pasajeros.
Uno de los presuntos delincuentes fue asesinado a golpes en el lugar del incidente. El otro sobrevivió y fue trasladado a un hospital, en donde murió horas después.
A principios de agosto, también en Ecatepec, se reportó otro linchamiento. Esa vez la víctima fue un presunto delincuente que trató de robarle a un conductor de Uber. El hombre tuvo que ser rescatado por policías municipales.
Otro caso ocurrido el mes anterior sucedió en Xochimilco, en donde pobladores de San Luis Tlaxialtemalco intentaron linchar a un sacerdote al que acusaron de irregularidades financieras y de cancelar una feria patronal. Ahí, la Guardia Nacional y la policía capitalina tuvieron que intervenir para evitar la muerte del acusado a manos de la multitud.
Quien no pudo salvarse fue Daniel Picazo, quien sí fue asesinado en Papatlazolco, Puebla, a mediados de junio. Pobladores lo atacaron luego de que se difundió información falsa sobre un supuesto “robaniños”.
Sin ninguna prueba, más que falsos rumores compartidos por WhatsApp, decenas de personas acorralaron, golpearon y asesinaron al joven abogado.
La gente está de acuerdo con los linchamientos, a pesar de ser un delito
Las cifras dela CNDH indican que Puebla, el Edomex, la Ciudad de México y Tabasco son las entidades con más casos de linchamiento en todo el país.
Las causas de estos fenómenos tienen que ver, casi siempre, con la desinformación, la inseguridad, la impunidad, el abandono de las autoridades o la desconfianza que tiene la gente hacia las fuerzas de seguridad y gobierno.
“El sistema es quien a través de su ineficiencia provoca el hartazgo comunitario y, también, incita a la rebelión a la organización civil para poder laborar estos actos de aparente justicia”, señala el informe de la CNDH.
Sin embargo, la justicia por propia mano está prohibido. La Constitución señala en su artículo 17° que “Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho”.
Gran parte de la población está de acuerdo con estos actos, especialmente cuando se trata de atacar a presuntos delincuentes.
Encuestas levantadas por la CNDH en los estados con mayor incidencia de linchamientos revelaron que la gente considera que está bien atacar a los presuntos delincuentes, ya que tienen mucha desconfianza en que las autoridades resuelvan la inseguridad en sus colonias.
Más de la mitad de la población de Puebla, Edomex, CDMX y Morelos aprueba que sea la propia comunidad quienes impartan justicia en contra de los delincuentes.
Al mismo tiempo, casi el mismo porcentaje, desaprueba que los agresores, en este caso las personas que golpean o matan a presuntos delincuentes, sean encarcelados por las autoridades.
Aunque cada linchamiento es muy diferente de otros, casi todos se originan por la incitación de una persona o un grupo de personas que alientan a los demás a su al rededor a cometer un acto de violencia colectiva en contra de alguien en particular.
La gente que sigue a los incitadores suele no conocer el contexto completo de por qué se agrede a alguien, sino que se unen bajo la idea de que están haciendo algo bueno para la sociedad y que al tratarse de un ataque grupal no podrán ser juzgados.
Te puede interesar