Entre agosto y septiembre, trabajadores de museos y zonas arqueológicas de diferentes regiones del país se manifestaron por la falta de recursos con los que han tenido que operar durante varios años.
Aunque el Presupuesto de Egresos de la Federación 2023 (PEF) contempla un aumento de 4 mil 739 millones de pesos al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que es un 12.5% más que el año anterior, trabajadores de esta institución consideran que algunos museos y zonas arqueológicas están casi en el abandono.
Empleados de los sitios arqueológicos de Teotihuacán, Bonampak, Cuicuilco y San Juan de Ulúa frenaron sus actividades de investigación a principios de agosto por falta de pagos.
En un pronunciamiento del caso, trabajadores explicaron que el INAH cometía actos de violencia laboral y que incluso, aún sin recibir su salario, los investigadores ponían de su bolsa para mantener los proyectos activos hasta donde les fue posible.
Aunque actualmente hay una suspensión de las manifestaciones, la tensión entre el INAH y su base de trabajadores continúa.
Algunos sectores del sindicato piden la renuncia del titular de la dependencia, Diego Prieto Hernández, quien durante el momento más crítico de las protestas no fijo una postura sobre el conflicto.
Trabajadores del INAH hicieron paro nacional para exigir mejores condiciones laborales y más presupuesto para mantenimiento de patrimonio cultural
A las primeras protestas se sumaron en apoyo investigadores y trabajadores de otros 50 proyectos del INAH de todo el país.
Semanas después, trabajadores de las zonas arqueológicas de Oaxaca y Chiapas también entraron en paro de labores.
A principios de septiembre, se empezó a gestar un Plan de Acción Nacional que entre sus principales exigencias está regularización de los esquemas de trabajo, solución a los problemas de sueldos atrasados y sin pagar, recursos suficientes para comprar herramientas y equipo para la investigación, así como mantenimiento y limpieza adecuada para las zonas arqueológicas y museos de todo el país.
En Guanajuato, trabajadores sindicalizados del Museo de la Alhóndiga de Granaditas y de las zonas arqueológicas del estado cerraron los recintos culturales de manera simbólica, señalaron a medios locales que en los diálogos con las autoridades solo les dan ‘atole con el dedo’ y no dan solución real a los problemas que los aquejan y ponen en riesgo el patrimonio cultural.
Aunque el INAH negó en un principio que estas protestas fueran un paro nacional, con el paso de los días se sumaron Quintana Roo, Campeche, Veracruz, Hidalgo y Zacatecas.
Las oficinas locales del INAH en los estados comenzaron a instalar mesas de trabajo para llegar a acuerdos con los diferentes sectores. Sin embargo, los resultados no fueron favorables.
Finalmente, el 9 de septiembre explotó el paro laboral. Trabajadores de museos y zonas arqueológicas de todo el país suspendieron sus actividades y mantuvieron cerrados los recintos culturales.
A pesar de que hubo pláticas con la autoridad, en algunas regiones, cómo Hidalgo, las protestas se extendieron por algunos días más.
A nivel nacional, el líder del sindicato de trabajadores del INAH señaló durante las protestas que existen rezagos administrativos desde 2016 que no han sido resueltos con el gobierno de López Obrador.
Diego Prieto Hernández, director del INAH, fija su concentración en Tren Maya
Entre el 1 y el 10 de septiembre, periodo en el que la mayoría de sitios culturales y arqueológicos entraron en paro, el director del INAH, Diego Prieto, no fijo una postura sobre el conflicto.
En sus participaciones en conferencias matutinas con el presidente López Obrador, Prieto Hernández únicamente ha dado informes del trabajo arqueológico en el tramo del Tren Maya.
Un día antes del estallido del paro nacional, el 8 de septiembre, el titular del INAH estuvo en Palacio Nacional para hablar sobre el hallazgo de un complejo arqueológico en el Tramo 5 del Tren Maya y omitió cualquier información sobre las protestas en el instituto.
La administración de Prieto Hernández ha sido cuestionada en diferentes ocasiones tanto por trabajadores del INAH, cómo la comunidad académica de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, que en 2021 también tuvo un paro de labores por la reducción de recursos.
Con la aprobación del aumento en el presupuesto del INAH para 2023 falta conocer a qué se destinarán los recursos adicionales.
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