Los autos siguen evolucionando y las formas para robarlos también. Pero a veces lo simple es más efectivo, como la trampa de la botella.
Aunque cada vez es más común leer o encontrarnos en internet, en redes sociales principalmente, historias y relatos sobre los nuevos métodos para robar vehículos; algunos criminales prefieren usar las tácticas, métodos, trucos y artimañas de la vieja escuela.
Muchos piensan que con los grandes avances en la electrónica, los sistemas antirrobo son o deberían ser perfectos, pero nada más equivocado.
En la actualidad los sistemas antirrobo se dividen en dos bloques: los activos, que se encargan de la disuasión (como la alarma y localización remota), y los pasivos, que impiden la puesta en marcha, como el inmovilizador.
Pero por muy eficiente que sea la tecnología, hasta ahora no ha logrado evitar que los coches sean imposibles de robar. De hecho en muchos lugares el robo de autos se incrementa día con día.
Los nuevos sistemas antirrobo solo hacen que los amantes de lo ajeno pongan a trabajar su cerebro para idear nuevas formas de salirse con la suya.
La trampa de la botella. Vieja pero efectiva
Los viejos trucos son lo mejor para enfrentar un mundo nuevo. Esto lo saben muy bien los ladrones que están optando por agudizar el ingenio y servirse de artimañas y trucos más sencillos para lograr su objetivo. En este caso, una simple botella de plástico es el arma secreta de los criminales.
La trampa es muy sencilla de ejecutar:
Los delincuentes introducen una botella de plástico entre la llanta y el paso de rueda mientras el vehículo se encuentra estacionado. Lo hacen generalmente en el lado del copiloto, ya sea en el eje delantero o el trasero.
De esta manera, es más difícil que el conductor se percate de que hay un objeto en la rueda, al estar situado del lado contrario al acceso de su vehículo.
En cuanto se inicia la marcha del vehículo, la botella hace suficiente ruido como para que el conductor se detenga para detectar el problema.
Como lo habitual es que al bajar del coche lo dejemos abierto y en marcha, los delincuentes tienen el momento perfecto para llevárselo. Tan sencillo como subir al automóvil y acelerar.
La ubicación de la botella en el lado contrario al conductor también tiene por objeto que al dueño del vehículo no le de tiempo de reaccionar y volver a su asiento.
Orgullosamente FES Aragón UNAM. Melómano, amante de andar en bici, fotógrafo callejero y fanático de los viajes en el tiempo. Si tienes una historia que contar manda DM por Instagram