¿Tu banco te ofrece una tarjeta de crédito sin que tú se lo hayas pedido? Esto pasa más seguido de lo que parece y realmente no hay nada perverso detrás de ello, pero sí hay que ser precavidos (y responsables) si la aceptamos.
Hoy en día hay casi 30 millones de tarjetas de crédito vigentes en México (Banxico) y el número sigue a la alza. Sin embargo, en muchas ocasiones son los propios bancos quienes invitan a sus clientes a sacar un plástico y para ellos ofrecen muchos beneficios y promociones que terminan por convencer a las personas.
Las tarjetas de crédito por sí mismas no son malas, pero tampoco los bancos son instituciones que quieran ayudarte desinteresadamente. Se trata de un negocio al que si aprendes a conocer sus ventajas y límites puedes sacarle mucho provecho.
Pero antes de explicar las buenas prácticas, primero toca señalar los motivos por las que tu banco te ofrece una tarjeta de crédito, pero luego ellos mismos te rechazan y al final no obtienes nada. Esto también es una situación común para jóvenes y nuevos cuentahabientes.
¿Por qué mi banco me ofrece una tarjeta de crédito?
Es normal que los bancos ofrezcan a sus clientes la mayor cantidad de servicios, desde el manejo de una cuenta de nómina; seguros de vida, médicos o de autos; manejo de AFORE; préstamos y por supuesto, tarjetas de crédito.
Los bancos tienen diferentes métodos de ganar dinero cuando sus clientes aceptan o solicitan una tarjeta de crédito. Algunas de estas vías son las comisiones por apertura, las anuales o los intereses generados cuando hay un retraso en los pagos.
Con la información que los bancos tienen de sus clientes, ellos pueden evaluar si son candidatos para una cuenta de crédito.
Los bancos no ofrecen tarjetas a todos sus clientes de manera indiscriminada, tienen un método para seleccionar a los posibles candidatos, pero necesitan de la autorización de las personas para acceder a un historial más detallado sobre sus movimientos financieros.
Por tal motivo, es que contantemente envían invitaciones a sus clientes para obtener una tarjeta de crédito. Lo hacen con mensajes en cajeros automáticos, por llamadas telefónicas, correos electrónicos, notificaciones en apps y en las propias sucursales.
Sin embargo, el hecho de recibir una invitación de tu banco no te asegura que te darán la tarjeta de crédito de inmediato.
Una vez que les des acceso a tus datos, los ejecutivos del banco evaluarán tu historial financiero e incluso podrán negarte el plástico, aun después de haber insistido tanto en que la aceptaras.
Las razones por las que te pueden negar una tarjeta de crédito, aun cuando tu banco te la ofreció sin que la pidieras, son muchas. Pero a continuación hablaremos de las más comunes.
Razones por las que no te dan una tarjeta de crédito
No tienes historial crediticio
Esta es la razón más común para negarle su primera tarjeta de crédito a una persona. Y es que si el cliente del banco no cuenta con historial crediticio, entonces no hay manera de que se pueda comprobar que tiene la capacidad (y responsabilidad) de pago.
Es confuso, sí. Evidentemente no puedes generar un historial sin una línea de crédito, pero hay otras maneras de comprobarle al banco que sí puedes cumplir con este requisito.
Por ejemplo, si tienes un plan telefónico o una suscripción mensual a algún servicio, con una antigüedad mínima de seis meses, puedes librar este primes obstáculo.
Tus ingresos no garantizan capacidad de pago
Una vez que aceptas la invitación del ejecutivo para ver a detalle tu situación financiera, se puede determinar, con base en los datos de tus movimientos bancarios, cuáles son tus ingresos comprobables y tus hábitos en el manejo de tu dinero.
Si la cantidad de ingreso mensual regular comprobable es muy baja, entonces no le garantizas al banco que tengas la capacidad de pago mínima para sus tarjetas de crédito más sencillas, que otorgan una línea entre 6 mil u 8 mil pesos.
Recuerda que el banco tomará en cuenta únicamente los ingresos que sean constantes en tus cuentas. Un ejemplo es tu depósito quincenal o mensual que llega de tu cuenta de nómina, en caso de que la tengas en el mismo banco.
Tu nivel de endeudamiento no es seguro
Las tarjetas de crédito no son dinero adicional y mucho menos una extensión de tus ingresos o de tu salario. Se trata de una cantidad que te da el banco y de la que puedes tomar prestada, con la condición de que la pagues al mes siguiente.
Es decir, cada vez que usas una tarjeta de crédito estás creando una deuda con el banco que se debe liquidar rápidamente para evitar que aumente con intereses y recargos.
El nivel de endeudamiento de una persona se calcula con base en la evaluación de los puntos anteriores: ingresos comprobables y capacidad de pago.
Una persona cuyos ingresos sean limitados, no tendrá un nivel de endeudamiento demasiado amplio, pues este no debe superar los propios gastos necesarios para poder subsistir.
Situación laboral
Aunque el banco te llame cada semana para ofrecerte una tarjeta de crédito, no te la va a dar si en la evaluación se enteran de que tu situación laboral es muy inestable.
Cambiar de empleo constantemente o pasar largos periodos sin un trabajo formal es una señal de alerta para notar que un cliente no es apto para ser acreedor a una línea de crédito.
En este caso, el banco se protege a sí mismo de correr el riesgo de que no le pagues. Y hasta de cierta manera te protege a ti como cliente de no generarte una deuda que no podrás liquidar.
Si piensas solicitar una tarjeta de crédito o aceptar la invitación de tu banco, primero considera tu situación laboral; si es estable y con al menos un año de antigüedad comprobable, las posibilidades de que te acepten crecen considerablemente.
Comportamiento de pagos
Este punto va ligado al historial crediticio. Una vez que le permites al banco acceder a tus datos financieros, ellos pueden obtener detalles de tu comportamiento en pagos a diferentes productos y servicios.
Por ejemplo, si sacaste un artículo a meses en una tienda departamental, eso ya figura en tu historial crediticio y ellos pueden saber que tan bien o mal has cumplido en el pago de tus mensualidades.
Esto aplica también en casos como pagos domiciliarios a una cuenta de débito o tarjetas departamentales. Todas ellas dejan una huella en tu historial financiero que puede ser medible y analizada para determinar si cumples o no.
El banco no se va a arriesgar a darte una línea de crédito si descubren que arrastras con deudas o que no cumples a tiempo con tus pagos habituales.
Recuerda que al final se trata de un negocio y si una de las partes demuestra que no es comprometida con lo que le toca, entonces no hay trato.
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