Un momento histórico para la industria de la carne. La Agencia de Alimentos de Singapur aprobó una carne de pollo producida en laboratorio sin sacrificio animal. Los famosos “chicken bites” de la empresa estadounidense Eat Just pasaron la revisión de seguridad, siendo la primera en aceptarse bajo este método.
Los chicken bites de Eat Just están elaborados con células que se cultivan en un biorreactor de mil 200 litros y luego se combinan con ingredientes de origen vegetal. Por el momento, sólo se venderán en un restaurante de Singapur debido a que la disponibilidad es limitada y más cara que el pollo convencional, pero esto es parcial. La empresa asegura que al incrementar la producción, será más barato que los precios comunes.
Este tipo de carne podría ser el primer paso a tener alimentos más limpios, libres de alteraciones y sin crueldad animal. Además de contribuir a la reducción del impacto de la industria ganadera en las crisis climáticas y naturales, incluidas las pandemias, informa la investigación para The Guardian.
La carne cultivada en biorreactores también evita los problemas de contaminación de los desechos animales y el uso excesivo de antibióticos y hormonas en los animales.
Actualmente, todos los días se sacrifican alrededor de 130 millones de pollos y 4 millones de cerdos. Siendo las personas de alto nivel socioeconómico quienes comen más carne de la necesaria para una vida saludable.
“Creo que la aprobación es uno de los hitos más importantes en la industria alimentaria en las últimas décadas. Es una puerta abierta y depende de nosotros y de otras empresas aprovechar esta oportunidad. Mi esperanza es que conduzca a un mundo en los próximos años donde la mayoría de la carne no requiera matar un solo animal o derribar un solo árbol”, dijo Josh Tetrick, director ejecutivo de Eat Just.
Los retos de una industria sin sacrificio animal
Las empresas que desarrollan carne cultivada en laboratorio creen que este es el producto con más probabilidades de reducir el consumo tradicional. Esto sin recurrir estrictamente a dietas veganas.
Aunque los productores aseguran que aún hay retos que enfrentar para lograr el objetivo de que en 2040 ya no exista el consumo basado en crueldad animal. El primer problema es la reacción de los consumidores.
“¿Es diferente? Sin lugar a duda. Nuestra esperanza es que, a través de una comunicación transparente con los consumidores, hablemos de sobre qué es esto y cómo se compara con la carne convencional. Pero no es una garantía”, explicó Josh Tetrick.
Algunos otros desafíos incluyen obtener la aprobación regulatoria en otras naciones y aumentar la producción. Por lo que los biorreactores deberían de incrementar de 10 mil litros a 50 mil o más.
La empresa Eat Just ya cuenta con experiencia en la venta de productos no animales, como su huevo de origen vegetal y mayonesa vegana. Además de no ser la única en proceso de experimentar, por ejemplo, Supermeat en Israel acaba de comenzar degustaciones públicas gratuitas que involucran un “pollo cultivado crujiente”.
A esto se suman empresas como Memphis Meats, Mosa Meat y Aleph Farms que trabajan con filetes, lo que en un tiempo podría conseguir lo mismo que con los chicken bites. Incluso, Tyson y Cargill, dos de las empresas cárnicas convencionales más grandes del mundo, ahora tienen una participación en Memphis Meats.
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