La Fiscalía General de la Ciudad de México inició una investigación por las extorsiones que han denunciado dueños de restaurantes de la alcaldía Cuauhtémoc. Uno de ellos relató que al intentar abrir su local en la colonia San Rafael, personal de Protección Civil le exigió dinero para darle los permisos necesarios para trabajar.
La Fiscalía de Investigación Territorial está en espera de que el hombre ratifique su denuncia para sancionar a los funcionarios involucrados en este delito. El restaurantero afirma que después de cerrar su local varios meses por la pandemia de coronavirus, el fin de semana trató de abrirlo para instalar mesas en la banqueta.
Momentos después fue cuando llegaron elementos de Protección Civil de la alcaldía para pedirle dinero. Al negarse a pagar, los funcionarios llevaron ante un juez cívico a dos de los empleados que aún están detenidos por un delito que no se ha podido explicar.
“Son unos buitres los de Protección Civil, les demostré que tengo los documentos en regla. En el Ministerio Público me pedían 10 mil pesos para no consignarlos. Les expliqué que no había por qué detenerlos, ni siquiera había delito y no les importó, me dijeron que por buena gente me cobraban 10 mil por los dos; tampoco accedía a la extorsión y ahora no tengo empleados, no voy a abrir mi negocio y tengo que gastar en abogados, algo increíble cuando yo lo único que quería era abrir mi negocio para darle trabajo a la gente que estuvo conmigo durante la pandemia”, dijo a El Universal.
Reabren restaurantes en la CDMX
Con el cambio del semáforo covid de color rojo a naranja, se permitió que los restaurantes en la Ciudad de México reabran al 30% de su capacidad y 40% si tendrán servicio afuera. Esto es lo que intentaba realizar el dueño del restaurante.
Para mantenerse abiertos, la instalación de las mesas debe ser, de preferencia, en espacios abiertos. Si son lugares cerrados operaran al 30 por ciento y si tienen espacio al exterior, al 40.
La ventilación debe ser natural. Habrá filtros sanitarios a la entrada y se tomará la temperatura a los comensales, quienes no podrán entrar si presentan algún síntoma de coronavirus.
No podrán poner música y para los meseros será obligatorio el uso de caretas y cubrebocas en todo momento. Los manteles y servilletas deberán cambiarse después de cada servicio.
Las mesas se colocarán en zigzag con una distancia de metro y medio o con barreras físicas. Estará prohibido fumar en todas las áreas, incluidas las que estaban destinadas a ello.
No habrá menús impresos e individuales, solo pizarrones, carteles o tableros en la pared y menús electrónicos. Deberá usarse constantemente el uso de gel antibacterial y, de preferencia, el pago deberá ser vía electrónica y la propina se dejará en los lugares señalados.
Estas son algunas de las medidas que deben tener en cuenta los dueños de los restaurantes para abrir en la nueva normalidad. Sin embargo, en el caso que se menciona, el dueño del lugar asegura que tenía todos sus papeles en regla y mantendría todas estas medidas; por lo que no había ninguna razón para que personal de Protección Civil le pidiera dinero por una supuesta multa.
Te puede interesar: