“Al Salón Los Ángeles se ha venido a criticar y a regocijarse ejerciendo el temperamento crítico, la incapacidad de autoengaño. ¡Qué bien! Un ojo en la rumba y otro en la sociología instantánea. Todos murmuran, todos se saben falsos, todos se saben auténticos”, escribió Carlos Monsiváis sobre el Salón Los Ángeles, en 1977.
“El que no conoce Los Ángeles tampoco ha leído esta crónica”, dijo el cronista de la ciudad del salón ubicado en la calle Lerdo 206 de la colonia Guerrero. La crónica Dancing: Salón Los Ángeles, que aparece en el libro Escenas de pudor y liviandad relata que lo mismo se podía encontrar, en aquél entonces, a estudiantes de la UNAM, de la Facultad de Ciencias Políticas, de Filosofía, de Psicología; de la UAM y del Politécnico.
Así como a sus profesores, quienes iban a bailar los martes que era noche de rumba y de danzón. “Ahora estoy contento porque no estoy entre universitarios sino entre trabajadores”, decía un profesor en la pista de baile. Era el lugar, también, donde se hablaba de clases sociales pero no se distinguían porque todos bailaban por igual los ritmos tropicales.
Ahora, este lugar está al borde de la crisis que se ha agudizado con la pandemia de coronavirus. Está cerrado desde el 22 de marzo y desde entonces su situación es crítica debido a la falta de ingresos.
“Si se cierra se perdería un lugar emblemático de la Ciudad de México que ha ayudado a crear una identidad para sus habitantes”, asegura su director, Miguel Nieto. Para que el salón de baile Los Ángeles no cierre se está organizando una campaña de donación.
El centro cultural ofrece la oportunidad de plasmar en sus paredes el nombre de quienes se sumen a su rescate. Nieto, ha declarado a varios medios desde el 5 de julio que necesitan ayuda para sobrevivir.
El próximo 2 de agosto el salón cumplirá 83 años. “No tenemos fecha de reapertura; por lo pronto, necesitamos sobrevivir”, dijo su director, quien está a cargo desde 1972.
Por la situación del salón y de la contingencia, los festejos serán de forma virtual mediante exposiciones fotográficas del salón y temas relacionados con el baile. Aunque también preparan un programa musical para su posible reapertura.
Por su escenario han pasado grupos y cantantes representativos de todo tipo de música. También han hecho eventos intelectuales con escritores como Carlos Monsiváis y Carlos Fuentes.
No solo en la pista de baile sino también en dichos eventos y para festejar cumpleaños como el de Fuentes, quien estuvo acompañado, en esa ocasión, por el escritor Gabriel García Márquez.
Fueron más de 300 invitados, por lo que cerraron el local para ellos. Miguel Nieto asegura también que uno de los vecinos del salón fue Cantinflas.
“Nació aquí atrás, cerca de la iglesia Los Ángeles, de la que tomamos el nombre nosotros”. Lo mismo bailaron Diego Rivera, con y sin Frida Kahlo quien también llevó a León Trótsky en esa pista de baile que hoy está a punto de desaparecer.
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