Alrededor de 50 encuestadores del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), contratados para realizar el censo 2020, se manifestaron afuera de Palacio Nacional para exigir su recontratación luego de que fueron obligados a renunciar por la pandemia de coronavirus. Además aseguraron que se les debe el pago de salarios atrasados.
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dijo que se enteró de la situación el sábado durante su gira de trabajo por Cuernavaca, Morelos. Añadió que hablará con Julio Alfonso Santaella, titular del Inegi, para aclarar la situación. “Esto hay que verlo con el Inegi, hay que ver qué tipo de contratos hicieron”, añadió.
Desde la semana pasada surgió en redes sociales el hashtag #INEGINoPaga, con él, usuarios de redes sociales denunciaron que desde el 1 de abril el Inegi despidió injustificadamente a sus encuestadores, obligándolos a firmar una carta de renuncia.
El lunes 30 de marzo, el Inegi anunció la suspensión del Censo de Población y Vivienda 2020 como una medida de seguridad ante la pandemia de coronavirus. Sin embargo, no canceló sus actividades sino hasta después de que se anunció la fase 2 de la epidemia.
Sin documentos oficiales
Alma Espinosa estaba contratada como verificadora del Inegi para el Censo 2020. Su labor era comprobar la información y datos registrado.
“Es como una segunda vuelta de la encuesta. Vamos a confirmar que se haya hecho bien el trabajo de los encuestadores. Es ir a verificar que se hayan levantado todas las encuestas o hacer las faltantes”, explica.
Ella vive en Tláhuac por lo que fue asignada a la zona de Valle de Chalco, en el Estado de México. Cuando se declaró la fase 2 de la contingencia, seguían trabajando.
Primero iban a las oficinas por la carga de trabajo diaria, después varios compañeros se manifestaron diciendo que la contingencia era una medida oficial y no debían exponerse. Días después, desde la coordinación, les pidieron entregar el equipo: un dispositivo electrónico, uniforme y gafete.
Sin embargo, nunca les dieron un documento oficial en donde explicaran las condiciones. Solo les dijeron que era para que nadie hiciera mal uso de los elementos que usaban en su trabajo.
Al principio les dijeron que en cuanto acabara la contingencia seguirían con su labor pero el 2 de abril los citaron para hacerles firmar este documento, como una carta de renuncia. Sin embargo, Alma asegura que ninguno de sus compañeros lo hizo.
El argumento de la supervisora fue que debido a la pandemia no tienen asegurado un presupuesto y no saben si continuarán con el censo. Aún les quedaron a deber gastos de campo y solo les pagaron hasta la quincena del 31 de marzo.
La petición de Alma y de sus compañeros de zona es “que respeten los días faltantes del contrato y entregar el trabajo en cuanto se pueda, para de esta forma cobrar lo que falta”.
Sin condiciones sanitarias
Alma Espinosa comenta que al darse a conocer las medidas sanitarias para evitar la propagación del coronavirus, solo les depositaron 200 pesos para comprar cubrebocas y gel antibacterial.
“No hubo un protocolo de si necesitábamos estar a cierta distancia. Solo nos dijeron traigan gel antibacterial y cubrebocas porque si los ve la gente sin protección no los va a atender o pueden mandar fotos de los trabajadores del Inegi que están en la calle sin protección, no tanto porque necesitáramos cuidarnos, añade”.
En las capacitaciones también cuestionó si era necesario saludar de mano a quien los recibiera. La respuesta fue: “si la persona te da la mano, ni modo que no la saludes”.