Este sábado 12 febrero, falleció a los 100 años de edad, Helvia Martínez Verdayes, la modelo de la Diana Cazadora.
La noticia del fallecimiento de la famosa mexicana fue confirmada por su hermana, María de los Ángeles Martínez. Helvia Martínez Verdayes fue la modelo para la creación de la famosa escultura que adorna Paseo de la Reforma.
La llamada Diana Cazadora, escultura que representa a la diosa griega Artemisa o Diana para los romanos, fue esculpida por el artista mexicano Juan Fernando Olaguibel en 1942.
Siendo ella muy joven, le pidieron con insistencia, que aceptara tomarse unas fotografías para el bosquejo de la escultura y tras resistirse varias veces, aceptó y de esta forma se convirtió en la modelo de una de las esculturas más famosas del país.
La réplica de “La flechadora de estrellas del norte”, realizada en 1968, es la que ocupa hoy, la famosa glorieta en la avenida más importante de la CDMX. De acuerdo con Norma Meraz, Helvia Martínez viuda de Díaz Serrano, trabajó por muchos años en las oficinas de Petróleos Mexicanos, donde conoció a su esposo, entonces director de la paraestatal.
¿Quién era la Diana Cazadora?
Pero a pesar de su fama, esta escultura no siempre tuvo el aprecio del que hoy goza. Su pasado está marcado por el rechazo y la censura.
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Para entender la historia de la escultura de la Diana Cazadora hay que trasladarnos al México de los años 40. El país vivía una época de reestructura económica. La Revolución ya había pasado y los frutos de la Expropiación Petrolera de 1938 comenzaban a notarse.
En aquel entonces, la sociedad no era como ahora. Era demasiado conservadora y poco tolerante comparada con la actualidad, pero esa mentalidad es producto de su época. Juzgar a la gente de esos años no sería justo.
Volviendo al tema, el presidente Miguel Ávila Camacho y el Regente del distrito Federal, Javier Rojo Gómez, emprendieron la tarea de embellecer el Paso de la Reforma. Querían que esta vialidad fuera adornada con hermosas glorietas y monumentos.
Para ello eligieron a varios arquitectos y escultores estas tareas. Entre estas personas figuraban Vicente Mendiola y Juan Olaguíbel. A este par le tocó planear una de las glorietas que se postraría en la entrada al Bosque de Chapultepec, a la altura de la actual Puerta de los Leones. Así comenzó la planeación de la Fuente.
El secreto de la Diana Cazadora
Olaguíbel era el escultor de la obra y Mendiola el arquitecto. Eligieron como temática a Diana Cazadora, que en la cultura occidental era Artemisa, la diosa griega de la caza.
Una vez con la idea en mente comenzó la búsqueda de Diana. Olaguíbel sabía que la escultura tenía que tener un cuerpo proporcionado, joven y atlético. Y tras algún tiempo la encontró.
El escultor convenció a una joven secretaria para que posara para la obra. A la mujer le agradó la idea y platicó con su madre de ello. Una vez que aceptó comenzó el trabajo artístico.
En el taller de Juan Olaguíbel se llevó a cabo esta tarea hasta que la pieza quedó completada en 1942. Pero el nombre de la modelo nunca se dio a conocer.
El 10 de octubre de ese año se inauguró la Fuente de la Diana Cazadora. Al evento no asistió la modelo y el escultor no dijo su nombre y cada vez que le preguntaban se negaba a revelarlo.
Esto trajo muchas teorías sobre quién podía ser esa mujer. Su físico no era el de una mujer muy delgada ni completamente atlética. Era una fisionomía muy parecida al arte clásico. Con caderas anchas y atributos proporcionados sin ser exagerados.
Se habló de algunas actrices y las comparaciones no se hicieron esperar. El secreto de Diana Cazadora o ‘La Flechadora de Estrellas del Norte’ fue uno de los mayores misterios de la Ciudad de México y del país.
Diana contra la Liga de la Decencia
Desde su inauguración, la Fuente de Diana Cazadora fue polémica. La parte más conservadora de la capital la tacho de mal gusto por su sexualidad explicita.
En ese entonces existía un grupo llamado la Liga Mexicana de la Decencia, conformada en mayor parte por mujeres adineradas muy católicas. Consideraron que la figura de Diana era muy provocadora para los niños y familias que pasaban cerca de ella.
Entonces hicieron lo posible por retirarla. Entre manifestaciones y cientos de cartas al Departamento del Distrito Federal lograron que se le pusiera un taparrabos a la escultura.
Así, la imagen original quedó totalmente alterada.Por suerte, años después, en los 60, se le quito ese añadido y se planeó mover la fuente a su lugar actual, en Reforma y Sevilla.
Pero cuando se le quitó el taparrabos la escultura se dañó y se planeó fundir una nueva. La pieza original fue comprada un ex regente de la CDMX y llevada a un rancho en Hidalgo. Luego fue puesta en el centro del municipio de Ixmiquilpan.
Es decir, la Diana que hoy vemos en Reforma es un duplicado de la original.
De hecho, hay una anécdota muy particular. En los años 80 cuando Miguel de la Madrid era presidente se planeó moverla de nuevo para poner una fuente más moderna.
Pero cuando la actriz María Félix se enteró de esto entró en una cólera y movió todas sus influencias para que la regresaran a su lugar.
En una de sus últimas entrevistas con Ricardo Rocha señaló que la Diana Cazadora es suya, que ella la salvó y no quería que nadie se atreviera siquiera a pensar en moverla de nuevo. Su deseo se cumple hasta la fecha y, para beneficio de la escultura, parece ser que nadie intentará desafiar a la Doña en mucho tiempo.
Helvia Martínez: la secretaria que México busco por 50 años
En 1992 salió a la luz un libro titulado ‘El secreto de la Diana Cazadora’. La autora, Helvia Martínez, reveló al mundo que ella es la modelo que posó para la escultura. Habían pasado ya 50 años desde la develación de la obra.
El libro fue un tremendo éxito. Hubo muchos que trataron de cuestionar la historia, pero también se dieron a conocer fotografías del trabajo en el taller de Olaguíbel, ubicado en la calle de Obrero Mundial.
No había duda de que Helvia era la Diana. En el libro cuenta que ella era secretaría de Jorge Díaz Serrano, ex Secretario de Pemex. Ahí conoció a Olaguíbel y aceptó su propuesta con la condición de nunca revelar su identidad. Tampoco recibió dinero por posar desnuda por varios meses.
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Helvia se comprometió con Díaz Serrano y se casaron, ella pasó desapercibida a su lado. Pero más increíble es que en 1952 ella volvió a trabajar con Olaguíbel para posar una vez más.
Esta vez fue para la creación de la Fuente de Petróleos Méxicanos, en el cruce de Reforma y Periférico. Tampoco quiso que la gente supiera que ella era la modelo.
Luego de la gran revelación, Helvia fue reconocida como un icono de la Ciudad de México y en el gobierno de Miguel Ángel Mancera se le dio un merecido homenaje como persona ilustre de la capital.