Doña Cecilia Dzul Tuyb era policía en Yucatán hasta que un accidente de tránsito le cambió la vida. Pasó varios meses sin poder caminar, sintiendo que su futuro era incierto, pero conoció a Nancy Zavala, y con ella, la costura artesanal.
“Tras el accidente, yo no sabía nada de la costura y se lo dije, pero gracias a ella tengo la dicha de aprender”, cuenta doña Cecilia.
Nancy Zavala es la fundadora de Zavy, un proyecto que busca la independencia financiera de las mujeres mediante su propio trabajo como artesanas de diferentes comunidades mayas del estado de Yucatán.
Actualmente trabajan 20 mujeres y el producto principal son las correas para cámaras fotográficas de gama semiprofesional y profesional.
El surgimiento de Zavy
El proyecto de Nancy Zavala comenzó en la comunidad Seyé, la cual se encuentra a 30 minutos de Mérida, cuando veía a su abuela coser y bordar ropa con hilo contado, una técnica maya.
Sin embargo, Nancy no quería ser sólo aprendiz. Y en un panorama de dificultades consiguió egresar de la Universidad Tecnológica Metropolitana como licenciada de Evaluación de Proyectos.
“Cuando vienes de una comunidad la gente piensa que si ya tienes una carrera ya la hiciste, pero no. En realidad buscaba otras cosas, empecé a trabajar, me involucré en temas de emprendimiento, dando asesorías, trabajando en proyectos, pero nada propio como tal”, recuerda la joven de 28 años, quien actualmente cursa una maestría en la Universidad Anáhuac Mayab.
Su trabajo siempre ha sido orientado a apoyar a comunidades maya. Incluso, comenzó a dar asesorías y talleres sobre emprendimiento y negocios. Hasta que en 2018, conoció a un grupo de artesanas que vendía blusas sin obtener las ganancias esperadas.
“Me platicaban que tenían problemas con comercializar sus productos. Entonces me di a la tarea de investigar y plantear algo diferente a lo que ya hacía. Buscaba algo que tengan uso muy específico para dirigirnos a un nicho muy puntual”, cuenta Zavala.
Así fue como inició Zavy.
De bordadoras de blusas a empresarias internacionales
En un principio, las artesanas se sorprendieron ante la idea de coser correas para cámaras. No era lo mismo que hacer blusas. Pero confiaron en la visión de negocios que Nancy les mostró: una empresa basada en estándares de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“La intención de Zavy es contribuir de alguna forma con la comunidad generando fuentes de empleo y teniendo en cuenta que el trabajo de las artesanas es lo más importante, También, involucrarlas en los procesos creativos para que se sientan orgullosas de lo que estamos haciendo”, explica Nancy.
Así es como doña Cecilia, mujeres de Seyé y de la comunidad vecina de Muna han confiado en las propuestas de la fundadora. Y juntas crearon modelos que están inspirados en lugares, actividades o creencias mayas. Zavy entró formalmente al mercado en 2019.
El modelo Kukulkán está inspirado en la leyenda del dios maya del mismo nombre, o Nikte Ha, que se basa en las ores que crecen en los característicos cenotes de la región.
Doña Cecilia explica que para terminar una sola correa tarda alrededor de diez días. El porcentaje de ganancia que las artesanas reciben por unidad es de 50%, el resto se reinvierte en materiales y en una página web en la que venden sus productos a todo México. También han hecho envíos a Estados Unidos y algunos países de Latinoamérica.
“Están felices de lo que hacen, sobretodo porque sus hijos se sienten orgullosos de verlas autosucientes. Incluso, sus maridos, que antes no las dejaban trabajar, ya quieren ayudarles”, concluye.
Puedes conocer el trabajo de Zavy dándo click aquí
https://www.facebook.com/zavy.mx/