México ocupa el segundo lugar en habitantes con problemas obesidad a nivel mundial, sólo por detrás de Estados Unidos.
Los hábitos alimenticios de la población mexicana son cada vez más peligrosos y no sólo la población adulta corre riesgo de provocarse una enfermedad como la diabetes o hipertensión.
Recientemente, se presentaron los datos de la nueva Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), elaborada por el INEGI, y los resultados alertan por el crecimiento de la obesidad en el país.
Ahora se sabe con precisión que siete de cada 10 personas mayores de 20 tienen sobrepeso y que cuatro de ellos ya son considerados en el rango de obesidad.
A este ritmo, los problemas derivados de una mala nutrición provocarán una crisis de salud pública que ya está dando sus primeros indicios.
Volviendo a la Encuesta, los datos indican que la mayoría de las personas, en concreto el 85%, consume bebidas endulzadas no lácteas, es decir refrescos, jugos, alcohol y similares.
Los postres son el segundo alimento no recomendado más consumido, especialmente por niños menores de cuatro años, con 67%.
También entre la población infantil y joven de México es habitual el consumo de cereales endulzados por la mañana o noche. 50% de los niños del país comen de este alimento en su desayuno.
Las bebidas lácteas, cómo licuados, batidos o yogurth, ocupan el cuarto lugar de alimentos no recomendados para consumo diario, con 26.9%.
Mientras que los antojitos mexicanos, altos en grasa, proteína y carbohidratos, forman parte de la dieta del 21.6% de la población mayor de 12 de años.
Además de obesidad, que por cierto ya el 75% de los mexicanos la padece, hay otras enfermedades relacionadas con la mala nutrición que aumentan rápidamente.
Enfermedades del corazón, diabetes tipo 2, artritis, anomalías de sueño, daño hepático, afectaciones cerebrovasculares y síndrome de ovario poliquístico, son sólo algunas de ellas.