Los detectives o investigadores privados sí existen más allá de las novelas y películas de gangsters. No son sujetos cliché con gabardinas, sombrero y gafas oscuras. Son personas que, como cualquier otra, pueden vestir de mezclilla y camisa mientras hacen su trabajo.
El negocio de la investigación privada cuenta con muy poca regulación, al menos en la Ciudad de México, aunque no está prohibida. De hecho, hay despachos con varias décadas de antigüedad que ofrecen servicios personales hasta empresariales.
Con solo entrar a sus páginas web se nota que su mayor actividad es la investigación de casos de infidelidad. Incluso, ofrecen un test para que los clientes puedan autoevaluar sus sospechas y decidir si es necesario contratar a un detective.
Otros servicios que ofrecen relacionados con cuestiones de pareja son investigaciones prenupciales, búsqueda de evidencia para divorcios y hasta recopilación de material para pruebas genéticas.
De acuerdo con los precios que manejan estos despachos en sus portales de Internet, un detective privado puede cobrar entre dos mil y tres mil pesos por cada día ocupado en la investigación del caso.
También, los investigadores particulares se han modernizado. Además de la vigilancia y recopilación de documentos en papel, ahora ofrecen entregar a los clientes el historial de chats de WhatsApp, Facebook, SMS y audios de llamadas grabadas, a pesar de que en cierto punto esto puede ser ilegal.
En diferentes entrevistas en medios de comunicación, los representantes de los despachos de este oficio han coincido que la desconfianza de las parejas es lo que mantiene a flote el negocio, incluso señalan que los gimnasios son los lugares donde más se cometen infidelidades.
En 2011 se propuso una Ley para regular la actividad de los detectives privados, pero no hay más información sobre lo que pasó con esta propuesta.
Lo que sí existe son datos de cómo convertirse en un detective. Aunque la mayoría trabajan de manera independiente y el oficio se aprende entre compañeros o de manera autodidacta, actualmente hay cursos de preparación.
La carrera recomendada para iniciarse en la investigación particular es Ciencias Forenses, la Universidad Nacional Autónoma de México contempla esta licenciatura entre su oferta educativa y los alumnos inscritos aumentan cada semestre.
Hay otras escuelas, que rayan la denominación de ‘universidades patito’ que ofrecen diplomados en este campo y por unos cuantos miles de pesos, en clases sabatinas prometen convertir a sus alumnos en una especie de Sherlock Holmes.
Además de cazar infidelidades, otros trabajos que pueden ser de valor son la búsqueda de personas desaparecidas, investigación de fraudes, localización de objetos robados, etc., siempre y cuando no entorpezcan las actividades de los agentes del Ministerio Público.