En pleno siglo XXI aún hay gente que somete a las niñas y adolescente a exámenes dolorosos y humillantes para comprobar que no hayan tenido relaciones sexuales, se les llama “pruebas de virginidad” y varias organizaciones internacionales buscan que sean erradicadas definitivamente.
De acuerdo con un reportaje de la agencia británica BBC, en al menos 20 países todavía este tipo de pruebas son muy comunes.
Se trata de un examen realizado por un ginecólogo en el que se introducen dos dedos a la vagina de la paciente para verificar que el himen aún está intacto.
El himen es una membrana que cubre de manera superficial el interior del sexo femenino, sin embargo, no todas las mujeres nacen con él, lo que inmediatamente desacredita cualquier rigor médico de las “pruebas de virginidad”.
Otro aspecto importante a considerar es que el himen puede romperse de otras formas y no únicamente con las relaciones sexuales vaginales. Andar en bicicleta, una caída, una enfermedad o montar a caballo pueden ser motivo suficiente para rasgarse, debido a que el grosor de este tejido es microscópicamente delgado.
En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS), perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas, comenzó una campaña para eliminar estas pruebas tan traumáticas para las mujeres.
Sobretodo, después de que se dio a conocer que en Marruecos muchas jóvenes intentan suicidarse luego de que sus madres las obligan a hacerse el test, incluso forman parte de la cultura popular de ese país.
Un informe de la OMS enlista que las “pruebas de virginidad” aún tienen mucha vigencia en Afganistán, Brasil, Egipto, India, Indonesia, Irán, Irak, Jamaica, Jordania, Libia, Malawi, Marruecos, Palestina, Sudáfrica, Sri Lanka, Suazilandia, Turquía, Reino Unido y Zimbabue.
También, advierten que en España, Holanda, Candá, Bélgica y Suecia están comenzando a mostrar mayor índice de exámenes aplicados.
Un caso reciente que volvió a dividir opiniones ocurrió en Estados Unidos. El rapero T.I., cuyo nombre real es Clifford Harris, reveló a los medios de comunicación que él acompaña personalmente a su hija cada año al ginecólogo para realizar una prueba de virginidad y se dice orgulloso de eso.
“No solo hemos tenido la conversación, tenemos visitas anuales al ginecólogo para revisar su himen. Sí, voy con ella… desde su cumpleaños número 18, su himen todavía está intacto”, señaló T.I.
El debate sobre las pruebas de virginidad sigue abierto y la mayoría de las organizaciones en defensa de los derechos humanos y la mujer recalcan que no son médicamente fiables y solamente se genera daño físico y psicoemocional en las niñas.
Mientras que del lado de quienes las defienden, creen que es una forma de mantener monitoreada la actividad sexual de las mujeres.