La Fiscalía General de Michoacán condenó a 30 años de cárcel a un hombre por el delito de violación contra sus cuatro hijas menores de edad.
De acuerdo con los datos obtenidos, se comprobó que el sujeto, identificado como David “C”, en varias ocasiones, durante once años (de 2004 a 2015) violó a todas sus hijas, aprovechando que la mamá de las víctimas salía de la casa a realizar diversas actividades para encerrar a las menores en su habitación y cometer el delito.
Tras lo ocurrido, la Fiscalía Regional comenzó las investigaciones y al comprobar la culpa de David “C” fue sentenciado a prisión más el pago por el concepto de reparación del daño.
A inicios de septiembre, en Chihuahua, Óscar Gerardo fue vinculado a proceso por violar a sus tres hijos menores de edad.
Las investigaciones realizadas por el Ministerio Público de la Unidad Especializada en Investigación de Delitos Sexuales obtuvieron que las víctimas fueron violadas durante tres años.
Además, se pudo establecer que el agresor cometía el delito cuando vivía con su pareja y madre de los niños. Posteriormente se separaron, por lo que él se fue a vivir a otro domicilio, lugar donde continuó violando a sus hijos.
La denuncia fue presentada cuando los familiares de los afectados se enteraron de lo sucedido. Un juez valoró el caso y determinó cárcel preventiva, durante dos años para Óscar Gerardo mientras sigue con su proceso.
Según la Guía para tomar acciones y proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual, emitida por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el abuso sexual es una de las peores formas de violencia contra la niñez y adolescencia. Y pese a que es un delito que va en aumento a nivel mundial, muchos casos se quedan sin ser detectados porque no son denunciados.
A diferencia del maltrato físico, cuyo diagnóstico puede ser visible, la detección de un niño o adolescente que fue o es víctima de abuso sexual o violación depende de escucharlo para saber lo que sucede. Por ello, es muy importante prestarles atención, privacidad y oírlos sin juzgarlos.