En nuestro país, el 1 y 2 de noviembre cada región celebra el Día de Muertos de distinta manera.
Ubicada en el municipio de Hecelchakán, la villa de Pomuch está a 51 kilómetros de la capital del estado de Campeche, en el marco de esta festividad se distingue por su peculiar tradición de limpiar los huesos de sus difuntos.
De acuerdo con sus creencias, aunque para algunas personas es inadecuado no dejar descansar a sus fallecidos, para los pobladores de esta localidad el realizar esta acción es una forma de rendir amor, tributo y honor a los seres queridos que ya no están entre nosotros.
En Pomuch cuando una persona muere se entierra por un periodo de tres años para después exhumarla y así comenzar con esta tradición. Los huesos se colocan en una caja de madera dentro de un nicho para poder ser limpiados por sus familiares en estas fechas cada año.
Este es un rito maya, para quienes la muerte no significaba el fin de una vida, al contrario, es un ciclo más dentro del universo. Simplemente es una transformación, un cambio de lugar.
Los mayas creen en el renacer, por ello, las ánimas regresan cada año para pasar un par de días en la tierra para disfrutar de los rezos y comida que sus familiares ponen en su honor.
Así mismo, en este poblado se dice que, si los familiares no limpian los huesos en estas fechas, el espíritu se enfada y ronda por las calles del pueblo.