“Un actor se adapta a lo que sea, en esta ocasión fue la lluvia”, aseguró Alonso, de 23 años, quien no paró de bailar desde el inicio del Desfile Internacional del Día de Muertos, en la plancha del Zócalo, hasta llegar a Avenida Presidente Masaryk, en Polanco. Cubierto con una máscara enorme en forma de calavera con picos y flores de cempasúchil alrededor, fue como participó este año.
Esta es la primera vez que se une como voluntario y fue debido a la invitación de su maestra de Presencia Escénica. Alonso estudia en la Casa Azul de Artes Escénicas, ubicada en Mérida 5, de la Colonia Roma Norte. De su clase, solo asistieron él y cinco personas más.
“No siempre se necesitan días y horas de ensayo para estar aquí”, comentó. Para él no hizo falta eso porque, dijo, todo el tiempo se está preparando. Al medio día de este domingo fue cuando empezó a organizar y a preparar las distintas poses y movimientos que realizaría en el desfile.
Una de las cosas que más le sorprendió fue ver el ánimo intacto de la gente que a pesar de la lluvia, resguardaban sus celulares bajo paraguas e impermeables para captar aunque fuera solo un momento de este recorrido. Por eso, Alonso hizo una invitación a participar como voluntarios y mantener viva esta tradición. Sus palabras fueron: “¡Vive el Día de Muertos!”
La Secretaría de Seguridad Pública calcula que hubo alrededor de dos millones y medio de asistentes. Estuvieron acompañados de marionetas gigantes representando a la muerte, El Diablo, La Llorona y calaveras disfrazadas de Cantinflas y María Félix, La Doña y Juan Gabriel.
Uno de los carros alegóricos más esperados fue la representación de Frida Kahlo en una cama gigante. Otros estaban formados por un cuadrilátero de la lucha libre, una ofrenda mexicana, una trajinera y elementos de la cocina tradicional, como el chocolate.
Durante el corte de listón inaugural estuvieron la Titular del Fondo Mixto de Promoción Turística, Paola Félix, Sergio Mayer, Presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados y el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau.
En cada zona había algo representativo, las calacas bailaban al ritmo de cumbia, música tradicional mexicana y bailes folklóricos. De acuerdo con datos del Fondo Mixto, hubo carros alegóricos, algunos de ellos empujados por voluntarios y más de 10 marionetas gigantes.
Además de Alonso, asistieron Andrea Hidalgo y Diego Romo, de 20 y 24 años, respectivamente, una joven pareja disfrazada de novios representados por catrines. Diego asegura que recibió la invitación por parte de su trabajo y convenció a su novia de participar e idear juntos un disfraz que los representara.
Ellos no ensayaron, solo atendieron la convocatoria. Lo único que pedían era caracterizarse para desfilar, usaron un traje de novios y un maquillaje elegido por ellos mismos.
“Todo depende de la motivación de la persona y de lo que realmente quiera representar”, asegura Andrea. Por eso desde ahora pensarán en su próximo disfraz para el siguiente año debido a que, volverán a participar como voluntarios el año entrante.