En temas de adicciones, los habitantes del Estado de México prefieren consumir marihuana antes que una cerveza o un cigarro, de acuerdo con datos del Instituto Mexiquense Contra las Adicciones (IMCA).
La dependencia informó que los casos de consumo de marihuana, a pesar de su condición de ilegal, fueron los más cotidianos en los centros de atención. El alcohol, el tabaco y los solventes (como el thiner), le siguen en ese orden.
También indicaron que durante el último año se dieron 20 mil consultas y 92 mil tamizajes, que son pruebas para detectar enfermedades, también que se ayudó a la rehabilitación de más de mil 750 personas mediante tratamientos ambulatorios y residenciales.
Durante un foro con motivo de adicciones, integrantes del IMCA dijeron que el 70% de los jóvenes de 12 a 17 años que fueron atendidos señalaron haber consumido marihuana una o más veces.
Francisco Fernández Clamont, titular del IMCA, explicó que los efectos de la marihuana en adolescentes son particularmente peligrosos, debido a que existe un enorme riesgo de afectaciones en la memoria y la concentración, lo que se refleja en un abo nivel de aprendizaje, lo que a su vez causa que muchos estudiantes dejan la escuela y a la larga, no logren obtener un título universitario.
También mencionó que el consumo de esta droga ilegal aumentó en presentaciones como panecillos o chocolates y que en esta presentación la marihuana tienen efectos retardados a comparación de cuando se fuma.
Dijo que los efectos comunes de la marihuana, como la pérdida de la noción del tiempo, risa, dilatación de los ojos y alteraciones en el sistema cardiaco, tardan entre 30 y 60 minutos para percibirse, ya que de ingerir los productos, todas las sustancias deben ser absorbidas por el sistema digestivo y pueden durar hasta tres o cuatro horas.
Los riesgos inmediatos del consumo de esta hierba se encuentran principalmente en los efectos adversos a la motricidad, pues la persona que la consume tiene problemas para moverse o caminar y no tiene noción del espacio, lo que deriva, en muchos casos, en muertes por atropellamiento.
Finalmente, se informó que en los casos atendidos de consumidores de marihuana se les asoció con episodios de depresión. Por lo que piden a los padres de familia prestar atención a sus hijos.
Cómo detectar que un adolescente se droga
La Secretaría de Salud publicó un informe sobre el consumo de drogas en México, en el cual agregó un cuestionario dedicado a padres de familia que sospeches que sus hijos ingieren algún tipo de estupefaciente.
Las preguntas que se deben hacer a sí mismos los padres son:
- ¿El individuo parece retraído, deprimido, cansado y descuidado en su aspecto personal?
- ¿Se ha vuelto agresivo e irritable con todos?
- ¿Parece descontento o poco feliz en comparación a como era antes?
- ¿No le gusta estar en la casa y pierde interés por la familia?
- ¿Cambió sus antiguas amistades?
- ¿Llega permanentemente tarde desobedeciendo los acuerdos o las reglas de la casa?
- ¿Descuida sus responsabilidades en la casa o en la escuela?
- ¿Ha perdido interés por sus actividades favoritas?
- ¿Ha cambiado los hábitos de comer o dormir?
- ¿Parece haberse perdido la comunicación con él o el control del individuo?
- ¿Miente para encubrir pérdidas de dinero u objetos de valor?
Una vez que detectan estas situaciones lo primero es tomar medidas de apoyo hacia la persona de manera cautelosa, pues los adictos suelen reaccionar de manera agresiva cuando se les cuestiona sobre el tema.
Se recomienda establecer un ambiente amable y de confianza en donde el adolescente se sienta seguro. Es muy importante dejar los prejuicios de lado, aunque haya un enojo muy comprensible de los padres, tienen que entender que las drogas generan una enorme dependencia que atrapa rápidamente a los consumidores.
Una vez que se establece el diálogo se tiene que buscar ayuda profesional para desintoxicar al adolescente y darle tratamiento médico y emocional para conocer la gravedad del daño tanto al organismo, como a su psicología.
Los teléfonos para solicitar apoyo en casos de adicciones son:
Ciudad de México: 55 4631 3035
Estado de México: 01 (722) 2 13 50 63, 2 13 52 21 y 2 13 49 08