El ataque o paro cardiaco, también llamado infarto, se da cuando el flujo de sangre al corazón se obstruye.
Generalmente se presenta como resultado de la grasa acumulada en las arterias, la cual impide que el líquido rojo llegue al corazón y por ende éste deja de bombearla al resto del cuerpo.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los síntomas que se llegan a manifestar cuando da un ataque al corazón son:
- Dolor intenso o sensación de presión en el pecho.
- Dolor del brazo izquierdo y cuello.
- Sudoración abundante.
- Fatiga extrema.
- Náusea y vómito.
Algunas formas de reducir el riesgo de un infarto son:
- Calcula la edad de tu corazón.
La edad cardiaca es el concepto que incluye que tan vulnerable se es para sufrir un ataque cardiaco o derrame cerebral. Hay factores que no se pueden cambiar o controlar como el envejecer o bien los antecedentes familiares de enfermedades al corazón.
Pero hay otros que, si se pueden mediar como el fumar, hacer ejercicio, tener una dieta balanceada, el consumo de alcohol.
Para poder calcular la edad del corazón se deben conocer los niveles de presión arterial y colesterol, los cuales son factores que a veces no causan malestares, pero si influyen en el aumento de riesgo de un infarto.
- Obtenga un chequeo de salud.
Se recomienda que al menos dos veces al año se realice un chequeo médico que permita conocer el estado de salud de cada persona.
- Dejar de fumar.
Estudios han demostrado que, al menos, un tercio de las enfermedades cardiovasculares son atribuidas a cinco factores de riesgo: fumar, presión arterial alta, consumo en exceso de alcohol, colesterol elevado y obesidad.
La inactividad y una dieta pobre en frutas y verduras también contribuyen a aumentar la posibilidad de sufrir un paro cardiaco.
- Bajar la presión arterial.
90/60 y 120/80 es considerada en promedio una presión arterial ideal en las personas.
Ésta aumenta conforme se envejece, se sube de peso, se vuelve sedentario, se bebe alcohol y se come mucha sal. También es posible padecer presión alta por herencia, por ello es importante siempre mantenerla en observación.
- Haz ejercicio.
Los expertos dicen que dos horas y media semanales de actividad física vigorosa reduce en un tercio el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular.
- Baja el colesterol malo.
El colesterol es una grasa que se encuentra en los alimentos, por ejemplo, en la carne y lácteos, además se produce en el hígado.
El total del colesterol que circula en la sangre se compone por lipoproteína de baja densidad (LDL) la cual es la que en grandes cantidades obstruye las arterias, y la lipoproteína de alta densidad (HDL) que es la protectora.