Una mujer que vive en la colonia Tlacopac, alcaldía Álvaro Obregón, persiguió con un cuchillo a un grupo de jóvenes, así lo muestran imágenes de las cámaras de vigilancia de la zona. La señora se enojó porque ellos hicieron una fiesta en el fraccionamiento, así que los amenazó con el arma blanca para reclamarles.
Los jóvenes se refugiaron en la caseta de vigilancia y pidieron auxilio al velador. Él fue quien le pidió a la mujer que se calmara y no hiciera daño a los chicos.
A pesar de que la señora los amenazó con el cuchillo, el ruido excesivo forma parte de las faltas cívicas que pueden ser sancionadas. En las normas de la Secretaría del Medio Ambiente de la ciudad hay un máximo de ruido que equivale a los decibles a partir de los cuales los vecinos pueden quejarse con las autoridades.
Los decibeles se usan para medir la potencia de los sonidos, en el caso de la música y de algunos ruidos externos. Dichas reglas establecen que el ruido máximo que puede percibirse desde el “punto de denuncia”, al interior de una casa u oficina, es de 63 decibeles, entre las 6 de la mañana y 8 de la noche; y de 60 entre las 8 dela noche y las 6 de la mañana.
El punto de denuncia es el lugar del inmueble en donde más fuerte se escuche el sonido que esté generando la molestia. Las quejas pueden presentarse ante la Policía Capitalina en el caso de vecinos ruidosos.
De acuerdo con la Ley de Cultura Cívica, generar ruido excesivo es una infracción que puede castigarse con un arresto de hasta 24 horas. Es considerado una falta cívica porque puede causar dolor de cabeza, presión alta, neurosis y sordera.