En los inicios de la carrera espacial, nuestro país intentó durante 20 años salir al espacio exterior, pero no obtuvo el éxito esperado.
En 1962 fue creada la Comisión Nacional del Espacio Exterior (CONEE), que pretendía ser la NASA mexicana, y participar en la carrera espacial durante su momento más álgido.
En ese entonces, Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) lograron enviar astronautas fuera de la atmósfera y regresarlos con vida. El siguiente objetivo, fue llegar primero a la luna.
Por otro lado, México tuvo otro tipo de aspiraciones. Envió cohetes de combustible líquido o sólido, que eran mucho más pequeños que los de otros países: medían unos cuatro metros y sólo buscaban conocer las condiciones del tiempo.
De modo que los mayores avances del país estuvieron basados en el monitoreo de los satélites estadounidenses, e incluso se instalaron estaciones de observación en varias zonas del país.
Estas primeras investigaciones ayudaron a crear una red en telecomunicaciones, que luego sirvió para transmitir la señal de televisión de los juegos olímpicos de 1968, y de la Copa Mundial de Fútbol en 1970.
Sin embargo, la CONEE desapareció en 1976. Sus últimas tareas fueron lanzar cohetes pequeños para atraer lluvias en zonas desérticas.
A pesar de eso lanzó varios cohetes y sondas. El último de ellos fue el Mitl II, mismo que de acuerdo con BBC, cayó a tierra después de alcanzar 100 kilómetros de altura. Esto sucedió en 1975.
Treinta años después fue creada la Agencia Espacial Mexicana, que tiene objetivos como crear tecnología propia,construir satélites de observación y entrenar científicos para competir con otros mercados que ahora se encuentran más adelantados.
Ahora, no necesariamente se enviarán misiones tripuladas, si no se planea atraer a servicios de telecomunicaciones que estén interesados en colaborar con los desarrollos científicos mexicanos