Aunque a los pequeños se les diagnostica una esperanza de vida corta, Mohamed se dedica a darles una vida feliz el tiempo que les resta.
Mohamed Bzeek, un hombre de origen musulmán, habitante de Estados Unidos que tiene 62 años de edad lleva más de 20 dedicándose al cuidado de niños con enfermedades terminales. Por su casa han pasado diversos pequeños con complicaciones de salud, que por lo general son abandonados en centros médicos u orfanatos. Sin embargo, Bzeek está dispuesto a cuidarlos hasta su último momento.
El tiempo de vida de estos niños es corto y aunque Mohamed lo sabe, esto no le impide buscar hacerlos felices durante el tiempo que les queda. Ha visto fallecer y ha enterrado a decenas de niños, los cuales dice, ha querido y cuidado como si fuesen sus propios hijos.
Este musulmán tuvo un hijo biológico, de nombre Adam, quien nació con una enfermedad ósea frágil y enanismo. Era un niño de mucho cuidado pues cualquier acto como cambiarle el pañal o calcetines podía romper sus huesos. No obstante, a Bzeek las discapacidades de su hijo no lo enfadaron o molestaron. Actualmente Adam estudia ingeniería y asiste en silla de ruedas a la universidad.
Hoy en día, Bzeek está al cuidado de una niña de 6 años, quien sufre una extraña enfermedad cerebral llamada encefalocele, la cual la deja postrada en una cama. Además, es sorda, ciega y tiene episodios de convulsiones diariamente.
‘’Sé que ella no puede oír, o ver, pero siempre le hablo. Todo el tiempo la estoy abrazando y juego con ella. Tiene sentimientos, tiene alma. Es un ser humano’’, explica Bzeek.
De acuerdo con los médicos, la esperanza de vida de la menor era de tres años y ahora ha cumplido seis. Los especialistas en salud atribuyen este milagro al cuidado y amor que el padre adoptivo le brinda.
Durante los últimos tres años, una enfermera visita todos los días la casa de Bzeek para que él pueda tomar descansos, hacer sus cosas pendientes y rezar en su mezquita.