La selva del Amazonas, llamada el “pulmón del planeta”, se está consumiendo en el fuego desde hace tres semanas por los incendios forestales. Comenzaron a finales de julio en una reserva ambiental en el estado de Rodonia, frontera con Bolivia.
Después se extendieron a las regiones vecinas, poniendo en riesgo la vida de algunas personas que vivían ahí y especies de animales. Los incendios son tan intensos que se pueden ver desde el espacio, ya que han generado una gruesa capa de humo.
En las imágenes se han detectado más de nueve mil 500 siniestros, en su mayoría, en la zona del Amazonas. Algunos estados amazónicos, como Amazonas y Acre, han declarado situación de emergencia o alerta ambiental.
Debido a que la humareda puede causar enfermedades respiratorias y afectar el tráfico aéreo. La situación es tan grave que hasta Sao Pulo, la ciudad más grande de Brasil, se oscureció a las tres de la tarde cuando una enorme nube de humo descendió sobre la capital a causa de los incendios.
Aún se desconoce si el fuego fue causado por la actividad agrícola o la deforestación. Hay quienes culpan a las políticas impulsadas por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. El mandatario ha criticado las políticas ambientalistas y promueve la explotación de recursos naturales en áreas protegidas.
De acuerdo con el centro de investigación espacial de Brasil INPE, los incendios forestales han alcanzado un récord de 72 mil 843 este año. Estos fenómenos son comunes en la estación seca, pero también pueden ser provocados por agricultores que queman ilegalmente tierras para dedicarlas a la cría de ganado.
Aunque el INPE también precisó: “No hay nada anormal en el clima este año o las lluvias en la región amazónica, que están un poco por debajo del promedio”. El “pulmón del mundo” es considerado vital para detener el calentamiento global.
En redes sociales crearon la campaña #PrayforAmazonia para conservar el Amazonas y lanzar la alerta sobre la “emergencia internacional” que representa este hecho.