Cuando se festeja un cumpleaños comúnmente se compra un pastel y a éste se le ponen velitas. Tu familia y amigos te cantan, cuando concluyen aplauden y ahora sí, es hora de apagar las lucecitas.
Entonces, soplas muy fuerte para extinguir las llamas y le das una mordida al pastel, o bien, dejas media cara sumergida en él. A partir del momento en que decidiste apagar las velitas, tu pastel quedó lleno de bacterias.
Un estudio realizado por la Universidad de Clemson (Carolina del Sur), llamado “Transferencia Bacteriana Asociada con Soplar a las Velas en un Pastel de Cumpleaños, develó que la simple e inocente acción de expulsar aire para apagar un montón de velitas que están encima del pastel, aumentan la cantidad de bacterias sobre el glaseado, las cuales posteriormente son comidas por tus invitados.
El experimento, publicado en el Journal of Food Research consistió en que los investigadores recrearon la fiesta de cumpleaños de un adolescente. Crearon un pastel falso hecho de papel y unicel al que, le untaron un glaseado de vainilla y colocaron 17 velas para que el supuesto festejado le soplara.
Pero para intentar tener la experiencia completa, se les pidió a los participantes comer una pizza antes de que fueran apagadas dichas velitas.
Una vez efectuado el hecho, los investigadores esperaron 48 horas antes de descubrir una terrible verdad. Soplar las velas sobre la superficie del pastel hizo que se generará más de mil 400 porciento de bacterias orales en comparación con uno que no había tenido exhalaciones humanas, esto quiere decir que, debido a expulsar aire sobre las velas y el pastel, es altamente probable que suceda una transmisión de bacterias y otros microrganismos de las vías respiratorias de un individuo a los alimentos que llegan consumir otros.
Sin embargo, Paul Dawson, el autor principal del estudio, declaró que a pesar de lo asqueroso y repugnante que suenan los resultados de su indagación, lo cierto es que esto no significa que puedas desarrollar una enfermedad muy contagiosa o casi mortal.
“Desde mi punto de vista, no es un gran problema de salud. En realidad, si se hiciera cien veces, las probabilidades de enfermarte serían mínimas”, explicó. Pero sí sugirió que, si la persona que va a soplar las velitas se encuentra enfermo, por ejemplo, de gripa, si se abstenga de hacerlo ya que ahí hay un mayor riesgo de compartir bacterias con las demás personas.