Esta enfermedad causa un enorme temor entre habitantes y gobiernos de los países donde se han dado brotes, puesto que no tiene cura.
Aunque las autoridades mexicanas han dicho que no hay indicios de casos registrados en el país, lo cierto es que deben mantener alerta a cualquier posible brote, debido a que una epidemia sería un gran problema para el servicio de salud del país.
En caso de una propagación de la enfermedad, México no está preparado con el personal ni las instalaciones suficientes para atender una emergencia de este caso. Cabe recordar que el número de médicos por habitante en el país es inferior al recomendado por la Organización Mundial de la Salud, que es de un médico por cada 333 habitantes, puesto que en México hay uno por cada 411.
Además, México ya vivió caos y falta de información la última vez que una epidemia global pisó este territorio, con el virus AH1N1. Adicionalmente, a diferencia de aquella crisis de salud de 2009, en esta ocasión no habría posibilidad de desarrollar una vacuna en el corto plazo, como en su momento ocurrió, puesto que para el Ébola no hay cura.
Tampoco serían suficientes los cubrebocas o los guantes en el metro ya que el virus no se propaga con el aire, sino por contacto directo con infectados o incluso con animales portadores de la enfermedad que entren en contacto con humanos, cuando se mata a esos animales, se les cocina o se les come.
Este padecimiento se considera altamente mortal y ha causado miles de muertes en todo el mundo desde que se detectó por primera vez en África en 1975. En ocasiones hasta el 90% de los infectados muere.
La mayor epidemia registrada ocurrió entre 2013 y 2016 en los países africanos de Liberia, Sierra Leona y Guinea. El brote mató a más de 11 mil 300 personas. Pero nunca se pudo erradicar por completo y nuevos casos han desatado las alertas mundiales.
Ante la amenaza de una cepa que pueda llegar al país por medio de un viajero, el gobierno mexicano tomó medidas en los aeropuertos y personal de migración hace revisiones a personas que ingresen provenientes de el Congo o Uganda. Sin embargo, la migración indocumentada desde África a México ha aumentado y el tiempo de incubación del virus antes de que manifieste síntomas puede ser igual de largo que un viaje transatlántico.
Actualmente, en los dos países ya mencionados hay una epidemia que, en menos de un año, ha matado a más de mil 800 habitantes. El problema es tan grave, que Ruanda, una de las naciones circundantes y que también se ve afectado, decidió cerrar sus fronteras para evitar una mayor propagación.
A falta de una cura para el Ébola, el tratamiento para cualquier caso detectado a nivel mundial, en el confinamiento del paciente.
En los países africanos donde proliferan el mayor número de víctimas, existen aldeas completas destinadas a los enfermos de este virus. ¿México podría hacer lo mismo en sus poblaciones sin ayuda internacional?