Miles de personas que caminan diariamente por el Eje Central, a la altura de la Plaza de la Tecnología, están expuestas a ser robados de la manera más cruel posible.
El riesgo está latente entre los casi dos kilómetros que conforman el trayecto que corre por esta vía, entre la esquina de Madero y Arcos de Belén.
Esta zona es una de las más concurridas de la colonia Centro, puesto que ahí se ubican varias plazas que comercian tecnología, videojuegos, ropa, zapatos y otros productos de interés común.
Desde la Frikiplaza o la Pikashop, punto de reunión de miles de jóvenes al día, o la Plaza de la Tecnología y Meave, famosas por la venta y reparación de celulares y computadoras, está repleta de criminales que acechan a la caza de sus víctimas.
Hay tres modos detectados en los que operan estos delincuentes. Algunos eligen estafar a las personas y otros recurren a la violencia física y psicológica.
La Mica de Celular
El primer modo y el más recurrente en la actualidad se le conoce como la “Estafa de la Mica” o “Engaño del Protector de Pantalla”. Funciona de la siguiente manera:
La víctima es detectada y los delincuentes se aseguran de que vaya sola. Entonces uno de ellos se acerca y le ofrece una mica para proteger la pantalla de su celular por solo 20 pesos.
Si la víctima accede, el hombre lo conducirá a las afueras de alguno de los tantos locales de reparación de celular que hay en la zona. Después le da un recibo como garantía y le pide su teléfono para que le coloque la mica.
Al ceder el aparato, el estafador dirá que en ese momento no tiene micas adecuadas para el tamaño de su pantalla y le pide que espere en el lugar, ya que irá a buscar una.
El sujeto desaparece entre la multitud y los locales y ya nunca regresa.
El Celular Estrellado
El segundo modo de robo se conoce como “El celular estrellado” o “Estafa del choque”. Aquí los delincuentes pueden ser: hombres altos y obesos o corpulentos; grupos de adolescentes; o mujeres de mediana edad.
No importa el físico del asaltante, todos ocupan la misma estrategia: Buscan por lo general una víctima distraída que camine sola, casi siempre eligen a alguien que tenga audífonos o esté mirando su teléfono.
Entonces caminarán hacia él o ella y chocarán de frente intencionalmente. Al momento dejan caer un celular viejo y con la pantalla estrellada.
Los delincuentes le reclamarán a la víctima de haber causado el choque y dirán que por su culpa el teléfono que cayó al piso se rompió.
Por más que la víctima diga que no fue su culpa se verá hostigado por los estafadores que, como ya se dijo, siempre irán en grupos.
Acto seguido le exigen dinero para reparar la pantalla, y casi siempre son cantidades de miles de pesos, o en su defecto que entreguen su teléfono en compensación.
Sin manera de huir y ante la falta de policías y apoyo de otros transeúntes, la víctima no tiene más remedio que dar sus pertenencias. En algunos casos reportados, al menos les dan oportunidad de retirar su chip y tarjeta de memoria.
La amenaza de muerte
La tercera forma es la más cruel de todas y también la más peligrosa. No tiene un nombre en particular porque se trata totalmente de un asalto.
Nuevamente los principales objetivos de los ladrones son personas que caminan solas. Cuando eligen a la víctima varios hombres comenzarán a seguirla y la rodearán sin que se dé cuenta.
Uno de los delincuentes se acercará más que los otros y le dirá que no intente gritar o pedir ayuda, que la están apuntando con un arma y a cualquier movimiento le van a disparar.
En otras ocasiones, testimonios también han señalado que utilizan cuchillos para amenazarlos, pero en este modo el delincuente se acerca como si fueran conocidos, los abrazan y es cuando sienten la punta del arma blanca.
La víctima por miedo cede todo lo que trae: carteras, mochilas, dinero y celulares. El robo se perpetúa en pleno movimiento. Los delincuentes no dejan de caminar para no llamar la atención mientras ocurre todo.
Al terminar, los delincuentes indican a la víctima que siga caminando y que no intente apretar un botón de auxilio, ya que hay varios en los postes, y señalan que en cada uno hay un cómplice que los vigila.
Estas son las tres formas más comunes de asalto en esa zona. Aunque el Gobierno de la CDMX ha hecho operativos para retirar puestos ambulantes y mantener vigilado ese corredor, estos no son permanentes y los pocos días los delincuentes regresan.
Si realmente es necesario que acudas a reparar un aparato o comparar algo en este tramo de Eje Central, nunca vayas solo ni distraído. Mantente alerta de todo lo que ocurre a tu alrededor y guarda tus pertenencias, no las dejes a la vista.
No aceptes ningún tipo de oferta y camina con cuidado, siempre cerca de la parte más próxima a la avenida, sin meterte en el carril del Trolebús. De este modo en caso de que alguien quiera interceptarte podrás huir hacia el otro lado de la calle.