Samira Hernández, de 16 años, desapareció en Sonora. Fue vista por última vez al salir del Ejido Basconcobe el 14 de julio. Tiene problemas cardíacos y temen haya ocurrido algo.
Lo último que sus familiares supieron de ella fue que iba a encontrarse con un amigo en la carretera internacional.
La menor padece hipertensión arterial. Es delgada, de tez blanca y mide aproximadamente 1.65.
Usa lentes de contacto, tiene ojos verdes grandes, su cabello es corto lacio y teñido, tiene nariz grande y chata, boca mediana y labios gruesos, además de una cicatriz en la mejilla derecha.
Por esta razón, la Fiscalía del Estado de Sonora emitió una Alerta Amber para ayudar a localizar a la adolescente.
Además hace un llamado a los jóvenes compartir ubicación y siempre informar a los familiares a donde van y con quién van a estar.
Esto con fin de saber en dónde buscarlos o a quién recurrir en caso de que ocurra algún accidente o que se desconozca su paradero.
“Desaparecido es peor que fallecido”
A pesar de la existencia de programas como la Alerta Amber y la difusión de estos casos en redes sociales, la realidad es que no todos aparecen en los noticieros.
Hay casos que tardan semanas, meses o años en aclararse, pero en general son menores secuestrados.
En ocasiones, las personas que buscan a sus seres queridos son quienes encabezan el rastreo y la investigación aprovechando campañas en medios y redes sociales.
Por eso algunos familiares consideran que es mejor saber si está o no con vida a no tener ni un rastro de dónde está o qué fue lo que le pasó.