Redacción datanoticias
Tomar cerveza de vez en cuando no le hace daño a nadie. Además de que quita la sed, levanta el ánimo y es una delas bebidas preferidas para convivir, ahora todos aquellos amantes de la cerveza tendrán un nuevo motivo para que siga siendo su bebida alcohólica preferida.
De acuerdo con un estudio reciente realizado por la Universidad de Greenwich, se sugiere que el ingerir bebidas alcohólicas es más eficaz para calmar dolores que los analgésicos. Por ello, los expertos ahora están intentando averiguar si el alcohol quita la sensación de dolor al actuar sobre los receptores cerebrales o si disminuye la ansiedad, logrando disminuir el malestar.
Para esta investigación se analizaron 18 estudios, en donde participaron poco más de 400 personas. Los resultados, que fueron publicados en la revista médica The Journal of Pain, arrojaron la evidencia de que al elevar el alcohol en la sangre en 0.08% aproximadamente, reducía la intensidad del dolor en un 25%.
El Dr. Trevor Thompson, quien dirigió dicho estudio, comentó para un periódico de Reino Unido: “Hemos encontrado pruebas sólidas de que el alcohol puede ser comparado con los opioides, que actúan en el sistema nervioso para aliviar el dolor, como la codeína. Su efecto es aún más poderoso que el paracetamol.”
A esto agregó que si se podía crear un medicamento sin los efectos secundarios dañinos del alcohol se podría tener un medicamento más eficaz y potencialmente mejor de los que se tiene actualmente en el mercado.
Sin embargo para poder llegar a conseguir el efecto analgésico, la persona debe ingerir mínimo un litro de cerveza.
Por su parte, Rosanna O’Connor, Directora de Alcohol y Drogas de Public Health England, comentó que el beber la cantidad necesaria para lograr mencionado efecto, causará problemas en las personas a largo plazo, por ello es mejor seguir asistiendo al médico en caso de alguna dolencia.
Finalmente, este no es el único estudio que ha revelado los efectos benéficos de las bebidas alcohólicas, pues otro estudio realizado encontró que una cerveza diaria o un vaso de vino pueden reducir, en una tercera parte, el ataque al corazón.
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