Los jóvenes están prefiriendo adoptar “perrhijos” en lugar de iniciar una familia con bebés, así lo señalan sociólogos de la UNAM, pero aseguran que esto no es recomendable tanto para las mascotas.
Entre las principales razones que llevan a las generaciones a postergar la creación de su propio núcleo familiar son los bajos salarios que perciben, los cuales no son suficientes para mantener un hogar.
Un artículo publicado en el diario europeo El País, explica que la decisión de los “millennials” de no querer tener hijos está relacionada con la economía y el mercado laboral, al existir poca oferta de empleos y la mayoría mal remunerados, no les permite considerar un plan de vida a largo plazo.
En tanto la UNAM indica que al no tener que preocuparse por mantener una familia, los jóvenes optan por gastar su dinero en experiencias como viajes, conciertos o cursos que les ayuden a crecer laboral y académicamente.
Diferentes estudios han señalado que a las actuales generaciones les va peor en cuestión económica que a sus padres, pues actualmente las jornadas de trabajo son más largas y con una paga menor, sumado a la inflación de precios.
Los “perrhijos” no son una opción recomendada
Como ya se dijo, sociólogos de la UNAM se han pronunciado en contra de “humanizar” a las mascotas, debido a que es dañino tanto para los animales y los dueños.
En los perros a quienes se les da demasiada atención pueden sufrir severos episodios de estrés cuando están lejos de sus dueños.
En los humanos, pueden limitar muchas de sus actividades por estar al pendiente de sus mascotas, como viajes por cuestiones de trabajo, citas o cualquier actividad que implique dejar sola a la mascota por un largo periodo de tiempo.
Si bien la relación humano-mascota es modelo familiar que lleva años existiendo, en los últimos años ha repuntado, cifras del INEGI señalan que el 70% de los hogares en México tienen una mascota.
Lo que recomiendan no es que la gente se deshaga de sus mascotas, sino que no las traten como niños que necesiten atención en todo momento.
Señalan que si bien cuidar de los “perrhijos” es mucho más fácil y económico que un bebé, este no debe suplantar el lugar de un humano en el modelo familiar.