Este lunes murió Aideé Mendoza, alumna del sexto semestre del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH Oriente) de la UNAM quien perdió la vida por un impacto de bala en un costado mientras tomaba una clase de matemáticas. Los primeros reportes de la policía indican que se desmayó debido a un dolor muy fuerte y falleció en el traslado al hospital del ISSSTE de Zaragoza.
Pero esta no es la primera vez que los estudiantes de la UNAM sufren violencia dentro de sus sus campus.
Areli Osorno Martínez fue hallada muerta el 27 de abril de 2002 en las inmediaciones del museo de la ciencias Universum. Durante las investigaciones, varios compañeros de Areli identificaron a Samuel García, como su asesino.
Bernardo Bátiz, el procurador del Distrito Federal en aquel entonces declaró que el asesino “era pretendiente de esta muchacha; ella había determinado contraer matrimonio y él se siente, creemos, rechazado. Es un homicidio premeditado, alevoso y ventajoso”.
El 6 de mayo del mismo año, a penas unos días después Cristel Estibali Alvarez fue asesinada a tiros por uno de sus compañeros, en la Facultad de Ciencias . El homicida identificado como González Gómez dejó una nota junto a la joven en la que hacía mención a su relación “no culpen a otros de mis actos, Cristel no me dejó otra salida. Es muy necia, anda con otros además de mí y no puedo aceptarlo, la quiero sólo para mí. Se desperdician dos buenos cerebros ,porque ambos somos muy necios, no estamos actualmente en fase, por favor avisen a mis amigos para que me incineren si se puede”.
Uno de los casos más sonados fue el de de Lesvy Berlín Osorio, quien fue hallada el 3 de mayo de 2017 en una caseta cercana al Instituto de Ingeniería, en Ciudad Universitaria. Inicialmente, la Procuraduría General de Justicia dijo que se trataba de un asesinato. Aunque las imágenes captadas por las cámaras del campus, en las que se apreciaba una pelea entre la joven de 22 años y su novio. Un año más tarde, la procuraduría rectificó que se trataba de un feminicidio, pues su novio Jorge Luis Hernández González, la había estrangulado con un cable.
En agosto de ese mismo año, el reportero Humberto Padgett, de Milenio Diario, fue amenazado y golpeado en las instalaciones de Ciudad Universitaria, mientras realizaba un reportaje sobre la venta de drogas en la Máxima Casa de Estudios. Para ello acudió encubierto a la zona de canchas de frontón y quiso comprar droga a uno de los tantos grupos de distribuidores que hay en el campus. Pero casi al finalizar la transacción, fue descubierto y agredido por los narcomenudistas.
Meses después, en febrero de 2018, una balacera dejó como saldo dos muertos, también en la zona de los frontones, cercana a la Facultad de Contaduría y a la Facultad de Ingeniería. Los jóvenes de 20 y 29 años fueron identificados como narcomenudistas, y el incidente estuvo relacionado con una disputa por la venta de droga.
El 15 de marzo de 2018, la profesora universitaria Graciela Cifuentes y su hija Sol Vargas, fueron asesinadas en su domicilio en la delegación Álvaro Obregón. El responsable de sus muertes fue un hombre de 25 años quien tenía una relación con Sol. Después de cometer los homicidios el hombre quemó la casa.
También, el 21 de marzo, una alumna de la Escuela Nacional de Trabajo Social denunció haber sufrido acoso sexual en los baños del edificio B”. Frente a esto, las estudiantes de dicha escuela se organizaron para organizar una asamblea y protestar, aunque finalmente el caso no tuvo seguimiento.
Un joven fue encontrado sin vida el 8 de mayo de 2018 en la La Cantera de Ciudad Universitaria, quien fue identificado como Arturo Darío López Gómez, de 19 años. Posteriormente se descubrió que había dejado una carta a sus familiares en donde explicaba sus intenciones de suicidarse.
Posteriormente, en junio del mismo año un estudiante de la licenciatura de Geografía murió al sufrir una caída en la Facultad de Filosofía y Letras.
Cerca de la Facultad de Filosofía y Letras se encontró el cuerpo de un joven de 18 años que tras una investigación se identificó como Víctor Manuel N, alumno de la Facultad de Odontología.
El año 2017 fue el más violento de todos pero las muertes continuaron. En los últimos dos años han sucedido siete muertes en campus de la UNAM, en cada ocasión, sus estudiantes han protestado sin que haya más soluciones al respecto.